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La Vida en un Cubo de Vegetales

Caballo Loco; así llamamos a esta hembra de cobaya, que lleva con nosotros algo menos de un año y que ocupa el lugar de la anterior “Fidel”, que se marchó con 5 años y cuando digo el lugar, me refiero al espacio físico, ya que cada ser vivo es insustituible.

La vida de “Caballo Loco”, no sé si es o no apasionante; tiene todo lo que necesita: una enorme jaula de tres pisos y rodeado de una zona ajardinada, tiene variedad de verduras y otros alimentos a su disposición y casi a diario, sale de la jaula siempre vigilada, ya que tenemos una perra Podenco y dos perros más.

Se la ve feliz a primera hora de la mañana, no conoce otra cosa, nació ya en cautividad y lo cierto es que no creo que sepa lo que es un depredador; no sé si tendrá aún ese instinto.

 

Me pregunto, ¿qué soñará Caballo Loco”; es la misma pregunta que me hago, cuando veo dormir a mis perros; a veces, si los observas, mueven las piernas, como si corrieran, y no sé si ladran en sueños o se quejan, es como si tuvieran una pesadilla y me pregunto, ¿qué clase de pesadilla, podrán tener, si llevan conmigo desde los dos meses de edad, e incluso antes?: no puedo coger esa salamanquesa, hay un gato en el jardín, se me cayó un pedazo de jamón al suelo…

Lo cierto y (Ahora viene el retruque o cambio de tercio), es que los animales, se parecen mucho a sus dueños; “Caballo Loco”, es de Marina, Samanta, la perra Podenco y Baloo, míos y Nano, era de mi madre, aunque finalmente, parece que, tras intentar con todas las personas de sexo femenino de una cierta edad, que era lo más parecido a mi madre, finalmente, se dio cuenta, que el único que no se iba nunca de casa era yo y ha acabado conformándose; Nano, es ya viejito.

 

Vuelvo a lo del retruque: Si sustituimos el recipiente con vegetales por un torno de alfarero, tenemos a Marina; Samanta, la perra de raza Podenco, tiene mi parte asilvestrada y de depredador vegetariano y Baloo, mi parte infantil. Nano, ya dijimos que no es mío, se parece a mi madre; te ladra, aunque seas de la familia, pero no te hace nada, es muy tranquilo y está siempre a tu lado.

Nuevo retruque y voy a terminar ya; esto es una pequeña reflexión, no una novela.

Volviendo a “Caballo Loco” “Crazy Horse”, no os parece que la vida de algunas personas, tras lo sucedido durante estos ya casi dos años, se asemeja un poco a la de nuestra cobaya (con todo el respeto del mundo por estas personas y de paso por el Gran Jefe Sioux, que también tiene cierto paralelismo con esto).

Hay muchas personas, que no se atreven a salir de casa, tienen pánico y han amoldado sus vidas a esa situación; muchas o la mayoría, acaban entrando en cierto estado depresivo y otras, van más allá; a diferencia, de nuestra cobaya “Caballo Loco”, que no conoce otra realidad y al igual que el gran jefe indio “Crazy Horse”; que tuvo una vida plena y de lucha, para finalmente acabar resignándose a vivir en una reserva, aunque fuera tan solo por unos días, acabó mal la cosa con él, aunque imagino, que cuando llegó a la reserva, ya era otro hombre.

 

Como decía, estas personas, conocieron otra realidad, con la que ya habían aprendido a convivir; ¿Qué hacemos ahora?, parecen aparentemente felices, viviendo dentro de un cubo repleto de vegetales, pero sin atreverse a salir fuera.